Mi mujer siempre ha tenido tendencia a querer cumplir sus fantasías eroticas mas extrañas, desde follar en publico hasta en el coche donde todos los chicos van a llevarse a sus novias para follárselas fuera de sus casas.
Y esta vez ha tocado la cocina, algo que no habíamos probado hasta este momento y que de manera deliciosa me ha permitido disfrutar del coño de mi mujer en toda su amplitud, disfrutando de sus miradas y de como sus tetas botaban mientras la embestía, corriéndome encima de su coño dejándolo totalmente empapado.